APUNTES DE PINTURA

Cómo fabricar artesanalmente pintura al óleo por el propio artista

Miguel Antonio Fernández Fernández
Materiales

  1. Pigmentos puros en polvo.
  2. Aceite de linaza purificado o blanqueado.
  3. Aceite de cártamo (también llamado aceite universal).
  4. Cera de abeja decolorada. En buenas droguerías se compran latas de cera para muebles compuestas de cera de abeja blanqueada en forma de pasta. Esta cera se ha disuelto en esencia de trementina.
  5. Un envase de plástico duro con paredes bajas y planas, parecido a un envase de yogur cortado por la mitad.
  6. Una cucharilla de postre.
  7. Dos espátulas
  8. Un cristal de 50 x 50 centímetros —cuanto más grande mejor—.
  9. Una moleta o un vaso de cristal con el culo totalmente plano.
  10. Un tarro de cristal con tapa —de esos en los que se venden los medios y aceites—.
  11. Tarros de boca ancha de cristal con sus tapaderas de 30 ó 50 mililitros.
  12. Una olla.



Primera fase: preparación del aglutinante.

Echar en un tarro 25 ó 30 mililitros de aceite de linaza o de cártamo —este último para colores blancos y azules— y 1 gramo de cera de abeja decolorada —la no decolorada contiene restos de miel e impurezas y amarillea la pintura—. En una olla hervir aproximadamente tres dedos de agua. Cuando rompa el agua a hervir apartarlo del fuego y meter el tarro cerrado en el agua para que la cera se derrita en el aceite. A los diez minutos aproximadamente la cera se derrite por completo. Sacar el tarro del agua caliente y dejarlo enfriar. A continuación, a 75 mililitros de aceite —si desea otra cantidad superior o inferior la puede emplear— ir añadiendo un poco de cera diluida. Agitar fuertemente. Añadir otro poco y volver a agitar, así sucesivamente hasta que el aceite quede turbio y blanquecino; pero debe conservar su estado líquido. Si nos pasamos al añadirle cera, el aceite se vuelve gelatinoso, podemos corregir el defecto añadiendo más aceite puro, ya que el exceso de cera también resulta perjudicial. En todos los casos el aceite debe quedar líquido y no gelatinoso. La función de la cera es evitar que el pigmento se separe del aceite. Si fabricamos una pintura sin añadir cera, en unos meses aparecen manchas secas de aceite. El exceso de cera también es un problema, ya que cuando seca la capa de óleo produce una apariencia mate y no brillante. Siempre será necesario probar la pintura para establecer la composición idónea.

Segunda fase: mezclado.

Tome el envase de plástico. Éste ha de tener dos cualidades, ser de plástico duro para que no se rompa con el esfuerzo y tener las paredes plana para poder rebañar bien con la espátula toda la pintura. En el envase se echa aceite de linaza —con la cera previamente diluida—, menos de un tercio de su capacidad, y se van añadiendo cucharaditas de pigmento, después se va mezclando con una espátula. Se añade más pigmento y se sigue mezclando, así sucesivamente hasta conseguir una pasta muy espesa, muy dura, que se clave la espátula y no se caiga. La pasta debe tener un aspecto más bien seco. Para ello debemos añadir el pigmento muy poco a poco y mezclar mucho. Llegará un momento que será difícil mover la espátula, ese es el estado ideal de la pasta. Recuerde que en la composición de la pintura debe existir la menor cantidad posible de aceite: su exceso es perjudicial. Esta fase de mezcla es muy importante, pues si queda aceite suelto o pigmento poco mezclado la pintura puede salir con defecto.

Tercera fase: desleído

Ahora trabajaremos con la moleta sobre el cristal. Si no tiene moleta puede servir el culo de un vaso de cristal pero que esté completamente plano, si no lo está aplánelo lijándolo sobre una hoja de esmeril de gramo muy grueso —evidentemente partiendo de un vaso que tenga el culo casi plano, si no es imposible—.

Le dije antes que necesitará dos espátulas, una la usará solamente para extraer del envase la pintura y otra para recoger la pintura del cristal. No cambie el uso de las espátulas pues contaminará la pintura al óleo de granulitos sin desleír.

Con la espátula de extender coja del envase una cantidad de pintura equivalente a media nuez y extienda la pasta sobre el cristal. Verá que la pasta es difícil de extender: buena señal. Vaya repartiendo la pasta lo más que pueda y déjela totalmente plana sobre el cristal. No deje montañitas, extiéndala. Guarde la espátula clavándola en el envase de la pasta. Deje sin cubrir de pasta los bordes del cristal, como cuatro o cinco dedos.

Ahora coja la moleta y empiece por una esquina a hacer círculos sobre la pasta. Comprobará que la pintura se pone lisa, fina y brillante. Tiene que hacer el recorrido poco a poco por toda la superficie. La moleta tendrá acumulada en sus rebordes pintura, esa pintura no está desleída, quítela con la espátula de extender y deposítela en el envase de la pasta. Con la moleta sin rebordes, dé una segunda pasada. Se tarda uno o dos minutos en dar las dos pasadas.

Finalmente, con la espátula de recoger, se va recogiendo la pintura y se va depositando en un tarro de cristal. Observará que la pintura es finísima, sin grumos y suficientemente pastosa.

Repita la operación de extender, desleír y recoger hasta que se acabe la pasta del envase o se llene el tarro de cristal. Se tarda aproximadamente 30 minutos en hacer 50 mililitros de pintura trabajando a ritmo rápido.

Cuando tenga el tarro lleno, remueva la pintura con la espátula de extender para que se ponga homogénea. Ya está lista, pruebe su pintura extendiéndola con un pincel sobre un lienzo o trozo de madera imprimada. Observará que cubre perfectamente el soporte, que es una pasta superfina, que no tiene grumos, que se marca la pincelada, que es brillante.

Guarde la pintura con la tapa cerrada. Para depositar la pintura en la paleta extraiga un pegote auxiliándose de la espátula.

Aclaraciones.

Hasta que no esté la pintura de prueba seca, no podrá concluir si la elaboración ha sido o no un éxito. Puede que quede más bien mate —señal de un exceso de cera— o que las huellas de la pincelada se suavicen —señal de un exceso de aceite con relación al pigmento. La pasta, antes de desleír con la moleta, no era suficientemente espesa—.

Si va a hacer el color blanco puede desleírlo con aceite de cártamo o adormidera, pues el blanco con este aceite no amarillea. No olvide mezclar el aceite de cártamo con cera. Con el aceite de linaza los blancos tienen una tonalidad algo amarillenta.

Los colores fabricados por usted mismo los debe usar relativamente pronto, en uno o dos meses. Suele ocurrir que un tarro con poca cantidad de pintura se seque.

Utilice pigmentos buenos finamente molidos. Al desleír pigmentos de grano grueso se nota como arenoso al deslizar con la moleta.

Si no usa pigmentos de calidad no merece la pena el esfuerzo, ya que los pigmentos malos se alteran rápidamente, los blancos amarillean.

Haga pruebas antes de aplicar el óleo en un cuadro de calidad para comprobar que no se separa el pigmento, que no cambia el color, que no se arruga la superficie —circunstancia que se sabrá en dos o tres meses—. Cada color puede requerir un tratamiento distinto. Si se separa, habrá que añadir más cera al aceite.

La pintura artesana al óleo no va a quedar como la pintura comercial, es una pasta algo más blanda o fluida. La pintura comercial es más densa porque está fabricada con molinos de rodillos que permite desleír una mayor cantidad de pigmento con menos aceite —y seguramente tendrá más sustancias que desconocemos—. La pintura artesana al óleo presenta un aspecto parecido al de la pintura acrílica. A los pintores antiguos este aspecto no le preocupaba, ya que los cuadros que realiza tenían un acabado liso, eran mínimas las partes con texturas. La pintura artesanal no va a valer para hacer empastes.

El secado de la pintura al óleo artesana es más lento que la comercial, seguramente por la misma causa: desconocemos lo que le añaden en sus fórmulas.

Se habrá dado cuenta del poco rendimiento para el mucho tiempo que empleará. Si usted necesita gran cantidad, está perdido. Ya entenderá por qué los pintores antiguos tenían un aprendiz para estos menesteres y por qué se desarrolló la industria de los colores.

Creo que aún así no está mal que un artista pruebe a fabricar sus colores con el fin de conocer los materiales y tener una agradable experiencia.

Este artículo esta realizado a partir de las experiencias prácticas del autor.
http://www.pinturaaloleo.es.tl/Como-fabricar-artesanalmente-pintura-al-oleo-por-el-propio-artista.htm

 

Profesora Pichy Galea

Formas de preparar una pátina
Hay infinidad de formas de prepararla, dependiendo de los materiales que use, sus solventes y la superficie a aplicar. Si hablamos por ejemplo de una superficie lisa como porcelana, podemos trabajar sin necesidad de crear una superficie mordiente con material oleoso, como por ejemplo óleo puro, barniz entintado con óleo, en fin el secreto está en probar y adquirir experiencia con cada material y adaptar a nuestras necesidades lo que más nos guste. Si hablamos, por ejemplo, de una pieza de bizcocho previamente tratada con una base que nos de cierta "impermeabilidad" para evitar absorción y manchones de color, podemos trabajar indistintamente con una pátina al agua o bien una oleosa. A continuación presento algunas de las tantas pátinas que podemos preparar, ésta es sólo una pequeña lista a modo de orientación, seguramente a ustedes les surgirá otras muchas.
Pátinas oleosas:

Betún de judea, ideal para dar efecto de envejecimiento...su componente

es la pintura asfáltica diluída, puede usarse también mezclado con cera en pasta

para pisos para crear una pátina cremosa
    • óleo puro, diluído con aguarrás o trementina
    • óleo + cera -barniz + óleo + aguarrás o trementina
    • pintura sintética diluída
    • cera + pigmentos (tierras o purpurinas)
Pátinas al agua:
    • Acrílico + agua (puede ser acrílico decorativo como látex exterior)
    • Acrílico + glazing + agua (personalmente uso mucho sellador para paredes)
    • Acrílico + glazing +agua + purpurinas o tierras
Pátinas con elementos naturales o cotidianos:

Aquí podemos reemplazar elementos de uso artístico por elementos caseros, es increíble la cantidad de posibilidades que surgen. Por ejemplo en caso de no poseer en el momento de la preparación sellador o glazing, podemos emplear cualquier medio que sea de consistencia cremosa, aceitosa, como crema enjuague de cabello, enjuague para la ropa, shampoo y porqué no aceite comestible.

He aquí algunos de la infinidad de elementos caseros con los que podemos contar:
    • té, café, yerba mate (prepararlos bien concentrados)
    • pimentón, azafrán, etc -cenizas de leña o carbón (ideal para pátina de envejecimiento)
    • óxido de clavos, tornillos, esponjitas de metal (o cualquier otro metal)
    • limpiadores en polvo blanco
    • ceras de nuestros muebles
    • polvo de ladrillo o de piedra pómez
    • óxido natural de frutas (ejemplo cítricos antes de entrar en estado de
    • putrefacción, se obtiene un pigmento verde de cromo excelente)
    • tizas -etc

Algunas técnicas y secretos

Pátina a la cera con betún de judea:
Recuerden que es sinónimo de pintura asfáltica, comprando la misma por su genérico ahorraremos dinero y la podemos preparar según nuestro gusto a la hora de usarla. Es la pátina más empleada para añejados, puede usarse sobre una superficie previamente pintada o no, ejemplo sobre madera natural. Para evitar manchones (por absorción de color) sin tener que sellar la superficie previamente, sugiero encerar previamente con mucho cuidado la superficie con cera natural para pisos en pasta, luego pincelar o si se desea emplear una muñeca aplicando sí el betún teniendo en cuenta siempre primero de pasar por las uniones, molduras, bajos relieves, etc. Retirar con trapo de algodón o esponja y cera el excedente. Acá hay que tener especial cuidado si se trata de una superficie grande ya que si se seca la cera al momento de retirar el excedente se producen manchones blanco, en tal caso hay que limpiar con trapo y aguarrás o cera y volver a empezar. Siempre comenzar de un extremo y terminar en el otro, jamás hacer el arrastre desde la mitad de la superficie. Estos consejos últimos sirven para todo lo que sea "pátina oleosa"
Pátina con ceniza de leña:
Ideal para piezas con relieves, ejemplo ménsulas o grabados. Queda un efecto sumamente interesante. Lo ideal es usar como tono base colores oscuros que contrasten con el blanquecino de la ceniza. Una vez dada la base, pincelar muy bien con glazing (o sellador) espolvorear con ceniza de manera que quede bien cubierto. Dejar secar un par de horas y luego retirar el excedente con un pincel. Para fijarlo se pasa alcohol fino (no se asusten ya que da la impresión que se borra) y dejar secar unos minutos, finalmente dar toques, si se desea, con otras pátinas muy suavemente en los altos relieves, betún, purpurinas, etc.
Pátina con óleo diluido:
Sé que en otros países no se emplea el óleo en éstos usos. Simplemente se aplica sobre una superficie previamente sellada (yo lo hago, ejemplo en caso de pieza de yeso o bizcocho con dos manos de acrílico blanco o el color deseado), el color de óleo deseado diluido con aguarrás y luego retiro el excedente con un trapito y cera para pisos. Recuerden que al emplear cera, luego que se seque con sólo pasarle un pañito saca lustre y da un brillo brindando acabado muy delicado.
Pátina con barniz teñido:
En ocasiones tenemos un mueble pintado con sintético que nos daría gran trabajo si queremos cambiarlo ya que nos implicaría remover la pintura, lijar, etc. y más aún si éste es brillante. Podemos cambiarlo preparando una pátina con barniz mate + aguarrás + betún u óleo o bien colorantes para sintético. El secreto está en que debemos preparar cantidad suficiente y bastante diluído para que corra. Se pasa con pincel o muñeca de algodón y si hay excedentes se retira con barniz diluído incoloro. Simplemente se deja secar muy bien y queda ya protegido.
Pátina óxido:
Juntar el óxido de tornillos viejos o de las esponjitas de metal esas que usamos en la cocina, mezclarlos con sellador (prueben con crema enjuague!) y ya tiene una pátina de óxido para pasar a la superficie deseada, retirar con trapo de algodón. Lo mismo pueden hacer con el verde óxido que sueltan los cítricos. Estos deben estar previamente durante varios días bajo una campana de vidrio o acrílico (o frasco), comenzarán a formar en su cáscara un polvo que va de blanco a verde cromo, se junta con un pincel muy suavemente en un recipiente y se emplea de la misma manera que el anterior.
Terracota patinada:
Siguiendo con la pátina anterior, una idea linda para hacer es por ejemplo tomar una figura antigua de yeso o bizcocho (se me ocurre como sugerencia un ángel, una ménsula, columna, etc), pintarla de color terracota con dos manos y luego pasar la pátina anteriormente mencionada verde cromo (si no se desea prepara puede realizarse con óleo verde de cromo diluido) y retirar el excedente. Como verán el secreto está en probar, experimentar y sacar sus propias conclusiones, nadie tiene la receta simplemente el aprendizaje está en el interaccionar con los elementos, conocerlos y saber sus componentes.
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